"Cuando las palabras fallan, la música habla".
En algún momento de nuestra vida, todos hemos experimentado momentos donde no tenemos palabras para expresar alguna emoción y queremos desahogarnos y sacar todo ese sentimiento que tenemos por dentro. Bueno, para muchos compositores la música es ese desahogo. A través de las canciones y composiciones logran expresar lo que sienten. A veces las palabras no son necesarias, porque a través de melodías se puede transmitir lo que se siente.
Existen diversos estilos musicales, por ejemplo: jazz, rock, pop, salsa, etc. Y cualquier estilo puede influir, dependiendo de su intensidad e intención. La música tiene un gran impacto en nuestro estado de ánimo y puede influenciar en gran manera. Es por ello que debe ser valorada y apreciada. Cada persona tiene una inclinación diferente hacia un estilo musical, no todos tenemos los mismos gustos, y eso es lo que nos hace diferentes.
Existen 3 factores de importancia en la influencia de la música en los seres humanos: Las notas altas, agudas, actúan preferentemente sobre las contracturas musculares, se propagan rápidamente en el espacio aunque en distancias cortas, actúan fuertemente sobre el sistema nervioso, constituyen una señal de alerta y aumenta los reflejos, al mismo tiempo que nos ayudan a despertarnos o sacarnos de un estado de cansancio o sopor.
Como factor negativo tenemos el hecho de que el oído es especialmente sensible a ellas y si son muy intensas y prolongadas lo pueden dañar, lo mismo que su efecto sobre el sistema nervioso puede provocar cierto descontrol y alteraciones en los impulsos nerviosos que se vuelven incontrolados.
Las notas bajas, graves, no parece que tengan influencia sobre las terminaciones nerviosas y su efecto es más mecánico, por lo que tienen mayor influencia sobre las zonas corporales huecas, como los pulmones, corazón y abdomen, quizá porque son lugares idóneos para las resonancias. Las notas graves se perciben mal en distancias cortas, por lo que su efecto inmediato es difícil de medir, aunque son capaces de ser audibles en muchos kilómetros. a la redonda. Su efecto mecánico es tan poderoso que puede resquebrajar muros, carreteras, terrenos, y actuar con un efecto vibratorio muy intenso en cualquier cuerpo sólido. Terapéuticamente tienden a producir efectos sombríos, visión pesimista del futuro y tranquilidad extrema.
La cadencia de las notas musicales, graves o agudas, es el segundo factor en importancia y así tenemos que, mientras que los ritmos lentos inducen a la paz, los rápidos inventan al movimiento y a exteriorizar los sentimientos.
El tercer y último elemento musical es la intensidad, la cual indudablemente ha ocupado en nuestro siglo una preponderancia quizá aún mayor que las otras dos, a causa de los potentes equipos de sonido. Cualquiera de los otros dos efectos, cadencia o frecuencia, produce efectos mucho menores que la intensidad del volumen, hasta el punto de que una nota o partitura que en sí es tranquilizante puede volverse irritante si el volumen es más alto que lo que esa persona puede soportar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario